EL TENIENTE de la gobernación Timothy Murray abandona su cargo la semana que viene, y sé lo profundamente preocupante que esto tiene que ser para la buena gente de Massachusetts: ¿Cómo sobreviviremos los próximos 19 meses con la intendencia de la gobernación civil vacante? Como decía el Gobernador Deval Patrick cuando anunció su marcha el miércoles Murray: "Su marcha deja un considerable vacío en nuestro equipo... No es una pérdida cualquiera".
Considéreme un eterno optimista, pero estoy bastante seguro de que a Patrick – y al resto de nosotros – le irá como siempre.
Después de todo, no va a ser la primera vez que Massachusetts se asoma a este vacío.
En 1969, el Gobernador John Volpe dimitió a mitad de legislatura para ser el secretario de transporte de la administración Nixon, y el teniente de la gobernación Francis Sargent ascendió un peldaño. Durante los dos años siguientes, Massachusetts quedó sin teniente de la gobernación, pero de alguna forma este estado de la commonwealth sobrevivió.
Aguantó igual entre 1985 y 1987, después de que John Kerry saliera elegido al Senado dejando vacante a su paso la intendencia. Lo mismo pasó una década más tarde, cuando el Gobernador Bill Weld abandonó sin motivo un puesto del que se había aburrido y el teniente de la gobernación Paul Cellucci fue investido gobernador. Y cuando un reelegido Cellucci dimitió en 2001 para ser el embajador estadounidense en Canadá, Jane Swift pasó a ocupar el puesto más elevado y de nuevo el estado se quedó sin los servicios de un teniente de la gobernación. Lo crea o no, Massachusetts salió del paso.
La marcha de Murray le convierte en el quinto teniente de la gobernación de los últimos nueve que deja vacante este cargo -- y vacante se va a quedar hasta que entre una nueva administración en 2015. Cuando hablamos de cualquier otra instancia estatal, o de los escaños en el Congreso o en la Legislatura del estado, las vacantes se ocupan a través de comicios extraordinarios y/ o elección del gobernador. Pero el régimen de Massachusetts no contempla ningún concierto que releve a un teniente de la gobernación saliente. Los arquitectos del texto constitucional del estado eran conscientes de que unas vacantes políticas habían de ocuparse con rapidez. También eran conscientes de que la intendencia de la gobernación civil no es una de ellas.
Contratiempos aparte, el verdadero dilema no es cómo va Massachusetts a seguir adelante durante el próximo año y medio sin teniente de la gobernación. Es la razón de que nos molestemos en conservar la instancia. Es un cargo constitucional sin función constitucional útil, al margen de suceder al gobernador que fallezca o dimita. (El teniente de la gobernación también asiste a las reuniones del arcaico Consejo del Gobernador, una reliquia anacrónica de los tiempos coloniales). Es gobernador en puertas, sin algo que hacer mientras espera. A cambio de no hacer nada, el intendente de la gobernación cobra un sueldo de 125.000 dólares y se le proporcionan recursos para tener un gabinete, un despacho en la legislatura del estado y todas las dietas que conlleva un cargo político elevado.
Ser el número dos del estado puede ser el trampolín para llegar a una instancia pública superior. Pero también deja un montón de tiempo libre para meterse en problemas, como ha demostrado la agitada legislatura de Murray. Y no solamente en Massachusetts: Hace unas semanas, la teniente de la gobernación de Florida Jennifer Carroll dimitía de forma súbita a consecuencia de un creciente escándalo que implica a una empresa de juego en la red de la que ella había sido consultora.
Contados son los estados, siendo Texas el más digno de mención, en los que se confían responsabilidades graves de alto nivel a los tenientes de la gobernación. Es mucho más común el cargo remunerado sin ninguna responsabilidad del estilo de Massachusetts, en los que los políticos con ambiciones sólo tienen que aguardar a que el responsable ejecutivo del estado agote su legislatura o se marche.
En California, el teniente de la gobernación Gavin Newsom – antiguo edil de San Francisco -- viene siendo inusualmente directo al expresarse acerca de lo inútil de su actual puesto. Preguntado en un extremo por la frecuencia con la que pasa tiempo en la capital del estado, Newsom respondía: "Como un día a la semana, máximo. No hay motivo... es tan aburrido... Tristemente – ay, Dios".
Ningún estado tiene que tener un teniente de la gobernación. New Hampshire, Maine y unos cuantos más no tienen. En Illinois, la cámara baja estatal (aunque el Senado todavía no) ha votado de forma aplastante a favor de una enmienda constitucional propuesta que suprimirá el cargo de teniente de la gobernación en las urnas el año que viene. No hay razón para que Massachusetts no considere hacer lo propio.
Durante los próximos 19 meses, los votantes de Massachusetts se despertarán y se acostaran todos los días en un estado sin teniente de la gobernación. Como el proverbial pescado sin bicicleta, no nos daremos cuenta de que falta algo, ni desearemos recuperarlo melancólicamente. Los fundadores de la commonwealth tenían mejores cosas en la cabeza que preocuparse por un teniente de la gobernación ausente. ¿No será éste un buen momento para hacer permanente esa ausencia?
(Jeff Jacoby es columnista de El Boston Globe.)
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